jueves, 24 de julio de 2008

"Dorian Gray siempre estará vivo"


Tumba de Oscar Wilde
Cementerio Père Lachaise (París)


- Es tu mejor obra, Basil, lo mejor que nunca has hecho, -dijo Lord Henry en tono lánguido-. Desde luego, el año próximo debes enviarla a la Grosvenor. La Academia es demasiado grande y demasiado vulgar. [...]

- No creo que la envíe a ningún sitio- replicó el pintor, echando hacia atrás la cabeza con aquel singular gesto que en Oxford hacía reír a sus amigos- No, no la enviaré a ninguna parte.

Lord Henry enarcó las cejas y lo miró atónito a través de las leves espirales azules de humo que ascendían rizándose en caprichosos remolinos desde su cigarrillo de opio.

- ¿No la enviarás a ninguna parte? ¿Por qué, mi querido amigo? ¿Tienes alguna razón? ¡Qué tipos tan raros sois los pintores! Hacéis cualquier cosa por ganaros una reputación. Y tan pronto como la conseguís, parece que vuestro único deseo es arrojarla por la borda. Es una tontería, porque en el mundo sólo hay algo peor a que todos hablen de uno, y es que no se hable. [...]

- Sé que te reirás de mi- respondió-, pero realmente no puedo exponerlo. He puesto demasiado en él de mi mismo. [...] Si, sabía que te reirías; pero a pesar de todo es la pura verdad.

- ¡Demasiado de ti mismo! Palabra, Basil, no sabía que fueras tan vanidoso; y te aseguro que no consigo ver el menor parecido entre tú, con tu rostro de rasgos duros y tu pelo negro como el carbón, y este joven Adonis que parece hecho de marfil y pétalos de rosa. Vamos, mi querido Basil, él es un Narciso, y tú... bueno, desde luego tu tienes una expresión intelectual y todo eso. Pero la belleza, la verdadera belleza, acaba donde empieza una expresión intelectual. La inteligencia es en sí misma una exageración, y destruye la armonía de cualquier cara. En el momento en que uno se sienta a pensar, se vuelve todo nariz, o todo frente, o alguna cosa horrible. Fíjate en todos los hombres que triunfan en en las profesiones cultas. ¡Son realmente horrorosos! Salvo en la Iglesia, por supuesto. Pero es que en la Iglesia no piensan. [...] Tú joven y misterioso amigo, cuyo nombre todavía no me has dicho, pero cuyo retrato me fascina realmente, no piensa nunca. De eso estoy totalmente seguro. Es alguien sin cerebro, una hermosa criatura que debería de estar aquí siempre en invierno cuando no tenemos flores que mirar, y siempre en verano cuando necesitamos algo para enfriar nuestra inteligencia. No te hagas ilusiones Basil, no te pareces a él en nada.

- No me comprendes Harry. Naturalmente que no me parezco a él. ¿Te encoges de hombros? Te estoy diciendo la verdad. En toda distinción física e intelectual hay una fatalidad, esa especie de fatalidad que parece perseguir a lo largo de la Historia los pasos vacilantes de los reyes. Más vale no diferenciarse en nada de los demás. Los feos y los estúpidos se llevan la palma en este mundo. Pueden sentarse a sus anchas y contemplar boqueabiertos la farsa. Si no saben nada de la victoria, por lo menos se ahorran el conocimiento de la derrota. Viven como todos nosotros deberíamos vivir, tranquilos, indiferentes y sin desasosiego. No llevan a la ruina a los demás, ni nunca la reciben de menos ajenas. Tu rango y tu fortuna, Henry; mi talento, sea el que sea, mi arte, valga lo que valga; la belleza de Dorian Gray: todos tendremos que sufrir, y sufrir terriblemente, por lo que los dioses nos han dado.

- ¿Dorian Gray? ¿Es ese su nombre?

- Sí, ése es su nombre. No tenía intención de decírtelo.

- ¿Y por qué no?

- No podría explicarlo.


- Oscar Wilde  
"El retrato de Dorian Gray"
 


Paseando por Père Lachaise, buscando encontrar lo que pudiera quedar de una persona que me ha dicho tanto sin llegar a pronunciar sonido alguno, no podía dejar de recordar estas palabras.

"Dorian Gray siempre estará vivo" o eso es lo que estaba escrito en un hueco, perfilado entre mil besos, escondido en la parte de atrás.

miércoles, 2 de julio de 2008

El alma a los pies

Es imposible leer esto y no esbozar una sonrisa, sonrisa que pasará en un segundo a convertirse en tristeza. Es imposible escucharlo sin sentir que el corazón se te encoje un poquito.


"Vaya uno a saber cómo será el mundo más allá del año 2000. Tenemos una única certeza: si todavía estamos ahí, para entonces ya seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. Sin embargo, aunque no podemos adivinar el mundo que será, bien podemos imaginar el que queremos que sea.

El derecho de soñar no figura entre los treinta derechos humanos que las Naciones Unidas proclamaron a fines de 1948. Pero si no fuera por él, por el derecho de soñar y por las aguas que da de beber, los demás derechos se morirían de sed. Así que, vamos a delirar. Deliremos, por un ratito. El mundo, que está patas arriba, se pondrá sobre sus pies:

En las calles, los automóviles serán pisados por los perros.

El aire estará limpio de los venenos de las máquinas, y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el super-mercado, ni será contemplada por el televisor. El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar.

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a hacer el servicio militar, sino los que quieran hacerlo.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

El mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.

Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión.

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla, ni la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

Una mujer, negra, será presidente de Brasil y otra mujer, negra, será presidente de los Estados Unidos de América. Una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú.

En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las piedras de Moisés. El sexto mandamiento ordenará: "Festejarás el cuerpo". El noveno, que desconfía del deseo, lo declarará sagrado.

La Iglesia también dictará un undécimo mandamiento, que se le había olvidado al Señor: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte".

Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero"

- Eduardo Galeano.

En el amor y en la guerra...

Las palabras justas, ni una más ni una menos, las que busco y no encuentro (o encuentro y no consigo conjugar), en algun momento él las hizo suyas. Ahora yo me permito tomarlas prestadas ya que el sentimiento es compartido.



TÁCTICA Y ESTRATEGIA

"Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites"

- Mario Benedetti