Esta noche los cuatro
nos damos libremente, como obsequios.
Ya no somos parejas y formamos
un círculo perfecto.
Un placer sin palabras,
algo así como un juego de calor,
mas con las mismas mañas
del amor entre dos.
Y el latido de manos y de bocas
con su idioma de sed:
en cada piel absorta que se posan
tocan un corazón bajo la piel.
Sobre este cuarto ha descendido el mundo,
la luz intacta de la vida breve
envolviéndonos juntos
mientras la noche afuera dura y llueve.
No volveré a estar solo.
Después de haber amado así, la muerte
no me tendrá del todo.
- Jose Luis Piquero
No hay comentarios:
Publicar un comentario