sábado, 16 de enero de 2010

No quiero salvarme

La sensación de leerme y no reconocerme en mis líneas no es nueva, incluso podría pensar que es una autoterapia de sentido circular válida para darme cuenta de que pese a todo sigo cambiando y estando en desacuerdo conmigo, que aunque interiormente la sensación de estatismo resiste y persiste puede existir, -porque no- una ínfima parte de mi ser que no esté conforme.


NO TE SALVES

"No te quedes inmóvil al borde del camino

no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo

sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin
sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora

y te llenas de calma
y reservas del mundo

sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo

y te quedas inmóvil
al lado del camino
y te salvas

entonces
no te quedes conmigo"


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