Hoy, armándome de valor, empecé a leer "Rayuela". Digo valor porque estoy tan coaccionada a que la novela tenga que dejarme profundamente marcada que siempre que se me ha ocurrido sacar el libro del estante me he echado atrás por miedo a cogerle tirria.
Primera página, y leo "14/08/07", esa manía mía de apuntar el día de cada adquisición... Dos años sin atreverme a leer. Y entonces ante mis ojos se abren las puertas de miles de lugares conocidos: Rue de Seine, Pont des Arts, Chatelet, Place de la Concorde, Pont Neuf, las Tullerías... París, siempre París. Se esconde, se pierde, da cien vueltas en la oscuridad y siempre acaba apareciendo, obligándome a echar la vista atrás, recordándome que una parte de mi se quedó atrás, y que algún día tendré que volver a recogerla.
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