domingo, 20 de septiembre de 2009

Algunas cosas terminan

Una noche oscura de tormenta. Un carruaje, ya sin caballos, chocó contra la precaria valla, que se reveló inútil, y cayó desfiladero abajo. Ni siquiera llegó a chocar con un saliente rocoso antes de estrellarse en el cauce seco del río que había al fondo y estallar en mil pedazos. Entonces prendió el aceite de los panales el carruaje y tuvo lugar una segundo explosión, de la cual salió rodando una rueda en llamas.

Lo que extrañó a Susan fue que no sentía nada. Podía tener pensamientos tristes, porque en aquellas circunstancias tenían que ser tristes. Sabía quienes iban dentro del carruaje. Pero ya había ocurrido. No había nada que ella pudiera hacer para evitarlo, porque si lo hubiera evitado, entonces no habría ocurrido. Y ella estaba allí viéndolo ocurrir. Así que no lo había hecho. Así que había ocurrido. Susan sintió que la lógica de la situación se colocaba en su sitio como una serie de enormes losas de plomo cayendo del cielo. [...] Aquel conocimiento no era de ella. Fluía hacia Susan desde una mente mucho, mucho más antigua.

A veces lo único que podías hacer por las personas era estar allí.

Llevó a Binky hacia las sombras que había junto al camino del risco y esperó. Pasados uno o dos minutos se oyó un repiqueteo de piedras, y un caballo y su jinete llegaron por un sendero casi vertical que subía desde el cauce del río. Los ollares de Binky se dilataron.

La parapsicología no tiene ninguna palabra para la sensación inquietante que se experimenta al hallarse en presencia de uno mismo. Susan vió a la Muerte desmontar y quedarse inmóvil, apoyado en la guadaña mientras miraba hacia el cauce. Pero él podría haber hecho algo, pensó.

¿Verdad?

La figura se irguió, pero no se volvió.

SI. YO PODRÍA HABER HECHO ALGO.

-¿Como...cómo sabías que yo estaba aquí?

La muerte agitó una mano con irritación.

TE RECUERDO. Y AHORA DEBES ENTENDER ESTO: TUS PADRES SABÍAN QUE LAS COSAS TIENEN QUE OCURRIR. TODO TIENE QUE OCURRIR EN ALGUNA PARTE. ¿ACASO PIENSAS QUE NO LES HABLÉ DE ESO? PERO YO NO PUEDO DAR VIDA. SÓLO PUEDO CONCEDER... EXTENSIÓN. INMUTABILIDAD. SÓLO LOS HUMANOS PUEDEN DAR VIDA. Y ELLOS QUERÍAN SER HUMANOS, NO INMORTALES. SI TE AYUDA EN ALGO, MURIERON AL INSTANTE. AL INSTANTE.

-¿Yo podría regresar y salvarlos...?

¿SALVAR? ¿PARA QUÉ? ¿UNA VIDA QUE HA LLEGADO A SU FIN? ALGUNAS COSAS TERMINAN. YO LO SÉ. NO SIEMPRE HE PENSADO DE ESA MANERA. PERO... ¿QUÉ SOY YO SIN EL DEBER? TIENE QUE HABER UNA LEY.

La Muerte se subió a la silla y, todavía sin volverse de cara a Susan, espoleó a Binky por encima del desfiladero.

Terry Pratchett / "Soul Music"

No hay comentarios: