"Y al fin te beso,
fugazmente...
...y me despierto,
con el aroma del sueño
en mis labios.
Tu recuerdo,
entre otras cosas,
me provoca el hambre
que no sacian tus besos
ilusorios...
Por ser ilusión, tú te pierdes
y yo, sin ilusión, me levanto
y muerdo, con dulzura
la mandarina
que, desde anoche
lleva en mi mesilla esperando...
Así esperan mis labios tu boca,
como espera mi boca aquel gajo
anaranjado como tus cabellos,
esperanzador como tus ojos...
Saboreo tu verdosa mirada
y atardece el gusto por besarte
en mi garganta,
y anochece el misterio por darte,
entre dientes, dulces caricias,
y amanece, de nuevo, mi boca besando
tus once labios de mandarina"
- Alberto Guerra
miércoles, 18 de enero de 2012
domingo, 8 de enero de 2012
No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.
- Mario Benedetti
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.
- Mario Benedetti
lunes, 2 de enero de 2012
El fin de los besos
La noticia es del 30 de noviembre del ya pasado año, pero yo me vengo a enterar hoy de que la tumba de Oscar Wilde ha sido "restaurada" de todos esos besos anónimos que la cubrían. Me siento afortunada de haber podido visitar el lugar antes de esto, porque aunque no sea partidaria de que la gente escriba sobre obras artísticas (en este caso me refiero a la escultura de Jacob Epstein) y menos en un lugar como un cementerio, en el caso de Père Lachaise, donde descansan tantos artistas, al menos para mí es diferente.
Lo que ocurría en la tumba de Wilde no era vandalismo, sino aprecio, respeto y amor. Recuerdo haberme pasado alrededor de una hora buscando la tumba, y quedarme más rato aun leyendo los pasajes de Wilde que alguien había escrito, admirada de que tantas mujeres hubieran dejado allí sus besos eternos. Ya hablé de esto, de lo que sentí al estar allí, y realmente la noticia me ha puesto triste. Pero pienso que una urna de cristal no es suficiente para frenar todo lo que vive en ese lugar.
Lo que ocurría en la tumba de Wilde no era vandalismo, sino aprecio, respeto y amor. Recuerdo haberme pasado alrededor de una hora buscando la tumba, y quedarme más rato aun leyendo los pasajes de Wilde que alguien había escrito, admirada de que tantas mujeres hubieran dejado allí sus besos eternos. Ya hablé de esto, de lo que sentí al estar allí, y realmente la noticia me ha puesto triste. Pero pienso que una urna de cristal no es suficiente para frenar todo lo que vive en ese lugar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)